domingo, 29 de junio de 2014

El humo que sale de tu boca, las luces y los libros sobre la mesa.
El té que sabe a despedida, las galletas y tus besos.
Anochece, y nada cambia.
Desapareces, ya no te veo.
Diría que te conozco. Mentira, lo hice pero ahora ya no cuenta.
Yo también he crecido pero aún te quiero.
Lejos se cierra una puerta, un grito, tal vez un beso.
Nada se para aunque tampoco vuela.
Hoy nos echo de menos, mañana ta vez ni me duela.
Fuera hace viento.
El ruido del viejo columpio, los bancos, el olor a viejo.
El ladrido de un perro, las nubes y mis ojeras.
No quiero ver como te alejas, y no se a que espero.
La cama está desecha, la radio ya ni se oye y yo me niego.
Me niego a que te vayas de nuevo, que apuntes mi número de teléfono y luego no llames.
No me lo merezco.
Estás tan cerca y a la vez tan lejos.
Te miro, me guiñas un ojo, yo sonrío.
Tus ojos, tus manos, me pierdo en ellas.
Me pregunto que podría cambiar ahora.
Injusto.
Ahora las plantas ya no florecen. Las hojas no vuelan. Ahora nada crece.
Me pierdo en ti, el problema es que después nunca me encuentro.
No eres mi amigo. Yo no podría y tú no quieres.
Ahora te levantas.
El cigarrillo ha desaparecido.
Me das un beso.
Besos con sabor a humo, a despedidas y grandezas.
¿Por qué te quiero?
No lo sé.
Tú te alejas.

1 comentario:

  1. "Diría que te conozco. Mentira, lo hice pero ahora ya no cuenta.
    Yo también he crecido pero aun te quiero."
    Me ha marcado esta parte. Me encanta, ojala actualizaras el blog más a menudo porque me gusta mucho leerte.

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